En los últimos días hemos estado jugando al nuevo título de estrategia de Ankama Games, Krosmaster Arena, un free-to-play de duelos uno contra uno en el que los jugadores deben posicionar a sus personajes en el mapa de la batalla, mover por rondas e intentar eliminar al equipo rival gracias a los ataques que tienen acceso.
El juego se está haciendo muy popular gracias al éxito que está cosechando la versión física del mismo, que la gente está comprando en las tiendas y del que Krosmaster Arena Online es la versión digital, utilizando exactamente las mismas mecánicas, reglas y personajes.
Uno de los aspectos interesantes del juego es el acceso vinculado a otros juegos de Ankama como Dofus o Wakfu, desde los que también se puede entrar a Krosmaster y jugar con sus personajes aunque estén bloqueados en ellos. También hay conexión con el juego de tablero, ya que los jugadores que adquieran personajes para la versión física pueden utilizarlos también en la digital.
Al entrar al juego por primera vez nos encontramos con un tutorial en el que aprendemos las reglas y las mecánicas generales de las partidas, aunque simplemente es una presentación y la primera partida hay que echarla contra otro jugador. La idea general es que los jugadores tienen un determinado número de personajes en su equipo (no sabemos exactamente cuántos ya que nosotros tenemos cuatro, la primera persona contra la que luchamos tenía tres y la segunda cinco) y cada personaje tiene una carta que determina sus atributos, como puntos de movimiento, salud, y diferentes acciones o ataques que pueden ejecutar.
El mapa está dividido en 12 x 12 casillas y contiene obstáculos, cofres, monedas para recoger. Los dos equipos comienzan en dos de sus extremos y en cada turno pueden utilizar a su equipo entero, aunque tienen poco tiempo para utilizar a cada personaje, por lo que tienen que pensar y actuar rápido. El objetivoes acabar con los "Gallons of Glory" del rival, que corresponden a la vida del jugador, y para ello hay que liquidar a sus personajes. Cada uno cuenta con una mezcla de ataques cuerpo a cuerpo y a distancia, que pueden dirigirse a un objetivo solitario o a un grupo o zona, y uno de los personaje que teníamos entre nuestras filas podía curar al grupo.
Mientras se mueve a los personajes se pueden recoger las monedas diseminadas por el mapa y maniobrar hacia una tienda en la que conseguir hechizos y mejoras que utilizar en el campo de batalla, por lo que la estrategia y tácticas girar en torno a enfrentarse a los oponentes, recolectar recursos e intentar llegar hasta una tienda para comprar beneficios. Cuenta con tiradas de dados como mecánica resolutiva y cada turno determina lo que el jugador puede mejorar sus ataques críticos o defensas. Una de las cosas más frustrantes con las que nos encontramos es la aparente imposibilidad de comprobar las capacidad de ataque de nuestros personajes durante la batalla, a menos que estés en el turno del personaje, lo que nos llevaba a actuar con cierto desconocimiento y leer y reaccionar antes de que el tiempo se acabara.
Nuestra primera partida concluyó con un sorprendente éxito, aunque en la segunda nos machacaron sin piedad (nuestro rival eliminó a dos de nuestros personajes en el mismo turno utilizando el mismo personaje, dejándonos completamente desguarnecidos). Solo unos pocos minutos de partida y ya estábamos perdidos, lo que significa que la selección de enfrentamientos no es la adecuada ya que no se puede emparejar a un jugador muy experimentado con un novato.
Los gráficos son brillantes y el juego está muy bien presentada, capturando el estilo "chibi" característico de estos juego. Estamos seguros de que si le dedicáis un poco de tiempo lo encontraréis realmente divertido.
Pronto publicaremos un vídeo con nuestro primer gameplay y un perfil detallado, así que permaneced atentos a la web.
Probamos la acción táctica de Krosmaster Arena
8
Valoración
Gráficos:
8/10
Jugabilidad:
7/10
Sonido :
7/10
Buena conexión entre los otros juegos de la compañía y la versión física de tablero
El combate parece que puede desequilibrarse con facilidad