Esta semana hemos probado el juego de InnoGames ambientado en el Salvaje Oeste: The West, un título gratuito de estrategia para navegadores de Internet en el que los jugadores compiten por fama y gloria. Como vaqueros, The West permite a los jugadores completar misiones al tiempo que mejoran sus personajes, pero al contrario que en otros títulos de InnoGames donde todo gira en torno a la construcción de un asentamiento, en The West lo más importante son los propios personajes. Le hemos dedicado algunas horas para poder analizar la experiencia inicial y ver qué nos ofrece.
Gráficamente el juego no destaca demasiado, pero con más de seis años desde su lanzamiento y siendo uno de los títulos más antiguos de InnoGames, es algo que cabe esperarse. No obstante, aunque una hipotética mejora gráfica no le viniese nada mal, no creemos que sea realmente necesaria dada la cantidad de tiempo y dinero que habría que dedicar. Tanto los gráficos como el estilo de juego son parte de una era en la que los jugadores no ansiaban títulos para navegadores (ni, por supuesto, sus versiones para móviles), por lo que no es un tipo de juego comparable con otros títulos más modernos.
Nuestra aventura en el Salvaje Oeste acontece en un lugar indeterminado. En la piel de un vaquero solitario, las primeras misiones nos llevan a un salón donde debemos acabar con un individuo que trata de extorsionar al dueño del local y donde comenzamos a realizar tareas de recolección para hacernos con diferentes recursos. Debemos decir que aunque ni al propio John Wayne se le caían los anillos por realizar tareas menores en ranchos y granjas, no es el comienzo que esperábamos de un título del Oeste.
La mecánica de juego no es especialmente interesante. A través de los menús hacemos que el personaje se desplace por el mapa y se dirija a determinadas localizaciones para completar misiones. Subiendo de nivel y consiguiendo puntos de habilidades y atributos, uno es capaz de mejorar habilidades (desde combate a crafting) que permiten cumplir los requisitos para acceder a determinadas tareas. El proceso de misiones es bastante mecánico: se adquiere la misión, se hace llegar el personaje hasta el lugar y se pincha en “inicio” para realizar la misión. Después de eso nos hacemos con la recompensa, normalmente dólares y algún objeto, y pasamos a la siguiente.
El combate se limita a luchar contra enemigos en duelos. Hasta nivel 10 solo se hace frente a personajes controlados por la IA, pero ya sean bandidos, vaqueros u otros jugadores, el sistema es el mismo: dos combatientes se disparan el uno al otro. Dependiendo de la velocidad, la puntería y la potencia uno gana y otro pierde. Y también se tiene en cuenta el equipo (armas, ropa, etc.). El primero en reducir la vida del oponente a cero, gana, pero solo hay seis disparos. Si tras seis disparos ninguno “ha muerto”, gana quien haya causado más daño al rival.
Respecto a la personalización y distribución de puntos, hay cierto margen para la estrategia. Los jugadores son los que determinan cómo quieren que sea su personaje. Por ejemplo, uno puede decidir gastar sus puntos en que su vaquero no falle una sola bala y otro en que su vaquero sea capaz de esquivar balas. Además, en combate los jugadores pueden escoger la dirección de esquiva y la dirección a la que quieren apuntar al disparar, por lo que no todo se reduce a la suerte y a los números.
En nivel 10 (lleva unas dos o tres horas alcanzarlo) se desbloquean elementos adicionales muy importantes, como es el caso de las ciudades. Las ciudades son, a efectos prácticos, como clanes. Los jugadores pueden formar ciudades y también escoger a cuál unirse. Como miembros de una ciudad, pueden retar a otros jugadores de otras ciudades, aunque el proceso es relativamente tedioso: sin contar el tiempo de desplazamiento, el enfrentamiento lleva diez minutos y consume stamina. No obstante, es la manera de conseguir aumentar el rango y recompensas varias.
A medida que se progresa, el juego va progresivamente enfocándose hacia el PvP, aunque no es algo que se pueda experimentar desde un principio, ya que es algo relativo a los niveles más altos. Cuando una ciudad comienza a crecer, es posible construir en ella una fortaleza, y estas fortalezas pueden ser atacadas por otros jugadores. El control de territorios es el punto fuerte del juego a niveles altos.
The West cuenta con un sistema llamado “Aventuras” muy interesante. En él, el combate adquiere la forma de un juego de estrategia por turnos en el que tres jugadores se enfrentan contra otros tres jugadores. El objetivo es capturar tres edificios y conseguir puntos, y la muerte no es algo despreciable, ya que una morimos una vez mientras estábamos probándolo y nos quedamos fuera de juego durante tres rondas.
La primera vez que entramos vimos que estábamos en equipo con dos jugadores de más de nivel 100, y que en el equipo contrario había también dos jugadores de nivel alto. Al comenzar, por consejo de los jugadores veteranos, tratamos de alejarnos de los jugadores de mayor nivel enemigos y concentrarnos en conseguir puntos en el edificio más cercano. Incluso siendo de nivel muy inferior, teníamos la impresión de estar contribuyendo de manera positiva a la partida, lo que se vio recompensado con una victoria.
Aunque el juego tenga sus años y las mecánicas sean un poco aburridas, terminamos nuestra sesión con buen sabor de boca y con una impresión muy positiva, especialmente debido al modo aventura y a la buena comunidad que parece tener The West.
Primeras impresiones de The West
6.5
Valoración
Jugabilidad:
6/10
Gráficos:
6/10
Rendimiento:
8/10
Modo aventura muy divertido, buena comunidad, personalización individual
Anticuado, repetitivo en ocasiones, demasiados menús