No se trata de un trasfondo realmente único, nos recuerda claramente al mundo de Mad Max o al de la serie Fallout, pero la ambientación está muy lograda y siempre es interesante sobrevivir en mundo adverso. Y en cuanto a su apartado visual, para tratarse de una versión alfa los gráficos son más que aceptables, con efectos increíbles de sombras y una medio decente transición día-noche, aunque en ocasiones uno puede pensar que están algo anticuados. Desde luego están muy lejos de los gráficos de Fallout, pero no deja de ser un MMO.
La creación de personaje en esta fase es, por ahora, bastante pobre, todos los personajes tienen prácticamente el mismo aspecto. Se centra demasiado en los distintos tatuajes con los que podemos cubrir el cuerpo del personaje y no tanto en ofrecer distintos peinados o formas de cuerpo. De hecho en este momento no es ni siquiera posible crear un personaje femenino. Después de haber escogido la apariencia, se pasa a la fase de asignación de puntos de atributos. El juego dispone de seis: fuerza, aguante, destreza, inteligencia, tecnología y suerte; y cada uno otorga distintos beneficios, como por ejemplo poder cargar con más peso, ser más fuerte en combate o tener más opciones de diálogo. Esta última es especialmente apreciable, depende de la inteligencia e invertir puntos en este atributo mejora sustancialmente las opciones de diálogo. Se pasa de los “erm...”, “yup...” o “sure...” a disponer de elaboradas frases. Además, asociadas a cada atributo hay tres habilidades primarias que pueden especializarse, tales como Comunicación, Medicina, Robo o Armas pesadas. Estas especializaciones sirven para adaptar el personaje a nuestro estilo de juego preferido.
Tras la zona inicial de tutorial y dejar a nuestra familia para partir en busca de nuestro hermano, nos encaminamos a la ciudad principal de Kimary, un asentamiento que ejerce de lugar central para dar continuidad a la cadena de misiones principal y en el que se pueden crear objetos. La zona que rodea a esta ciudad está marcada como zona libre para PvP, así que cuidado con el resto de jugadores.
The Skies destaca sobre todo por su sistema dinámico de misiones. Estas pueden completarse de múltiples maneras, como por ejemplo una en la que tuvimos que hacernos con unas drogas. Para conseguirlas era posible intentar convencer a un médico para que nos la diese (quien entonces nos asignaba una misión nueva) o comprarlas al dueño del bar local, y también teníamos la opción de chivarnos a la policía. Según las decisiones de cada jugador, se abren distintas variantes. Nosotros optamos por conseguir las drogas del médico, y después éste nos encargó recuperar sus utensilios, robados por un niño, lo que nos llevó a hablar con la madre del muchacho y después a ayudar a la mujer hablando con un hombre que pretendía comprar su casa. Las opciones de diálogo nos llevaron hasta que el último hombre nos ofreció que la mujer trabajase en su burdel, lo que a ella no le gustó y en última instancia la misión fue un fracaso. Fallar en ese paso desencadenó una secuencia de consecuencias que nos hizo perder la recompensa del doctor, y cuando quisimos más tarde denunciar a las autoridades competentes al hombre que quería droga ya era demasiado tarde.
Conceptualmente el sistema de misiones es increíble, tomando las habilidades de cada jugador un papel fundamental en las distintas opciones (por ejemplo, de haber dispuesto de la especialización de robar hubiese sido posible hacerse con las drogas del médico de manera segura) y abriendo un abanico de caminos en base a las decisiones previas. Sin embargo, el doblaje es muy pobre a ratos, y los diálogos a veces, demasiado complicados.
Una de las misiones que nos asignó un NPC fue crear un arma para él, lo que implicaba conseguir partes de un campamento de bandidos cercano en las afueras de la ciudad. En dicho campamento probamos por primera vez el combate, y debemos decir que la experiencia no fue particularmente grata. Con nuestra escopeta podíamos matar de un tiro a los enemigos, y la dinámica de lucha y disparo no está demasiado bien pulida. La sensación es que no existen hitboxes individuales, por lo que aunque estés apuntando a la cabeza siempre vas a impactar en el pecho. Y en ocasiones, aunque tengas la mira justo sobre el enemigo, es posible fallar.
Aunque no tuvimos la oportunidad de probar el PvP abierto (las veces que nos adentramos en la zona de PvP fuimos aniquilados por monstruos antes de poder ver siquiera a otro jugador) ni las arenas porque las colas eran infinitas o no estaban activadas, sabemos que el juego dispone de un sistema para clanes en el que los distintos grupos de jugadores pueden capturar ciudades y asegurarse un territorio del que conseguir beneficios a base de impuestos. Es algo que esperamos ver más adelante.
En conclusión, y sin olvidar que el juego se encuentra todavía en fase alfa (por lo que hay que perdonar ciertos problemas y es posible que algunas mecánicas sufran cambios), The Skies puede ser un título muy entretenido si uno no piensa que va a aventurarse en el juego definitivo. El componente sandbox no es, lamentablemente, el punto fuerte, y sólo hay que ver otros títulos de temática similar para saber que no son del gusto de la gran masa de jugadores. El sistema de misiones es increíble, pero el combate en el juego puede llegar a ser muy frustrante y aburrido. Habrá que ver cómo evoluciona en las siguientes fases de desarrollo.
