Esta semana tuvimos la oportunidad de probar el nuevo juego de estrategia y ciencia ficción de Trion Worlds, Atlas Reactor, un título gratuito con combate por turnos altamente adictivo y muy divertido. Hasta ahora sólo habíamos podido probar el tutorial, que nos había dejado con ganas de más, pero con el Alpha Sneak Peek pudimos acceder al juego completo y esto es lo que nos encontramos.
Atlas Reactor es juego multijugador y por equipos, generalmente de partidas de cuatro contra cuatro (refiriéndonos al PvP) con el único objetivo de conseguir cinco muertes para ganar el encuentro o el número más elevado si el tiempo termina. Su combate es por turnos, por lo que los jugadores determinan la acción que pretenden llevar a cabo y dan por finalizado el turno. ¿Qué hace al juego único? Pues que los turnos no son al uso, sino que todos los jugadores planifican su acción al mismo tiempo. Los turnos son simultáneos.
Cuando todos los jugadores dan por concluida la fase, las acciones se ejecutan en un orden concreto. Y aquí viene lo interesante. Hay cuatro tipos de acciones: Dash ‘arranque’, Preparation ‘preparación’, Blast ‘explosión’ y Movement ‘movimiento’; todas tienen un coste y se suceden en este orden. Todas las acciones del primer grupo ocurrirán primero, después las de preparación y así las restantes. La última siempre es movimiento, por lo que hay que tener en cuenta que, antes de mover, algún personaje puede atacarnos (los ataques suelen ocurrir durante la tercera fase). Dash, la primera fase de cada turno, sólo está disponible para algunos personajes o equipamientos concretos, y comprende las evasiones y desplazamientos cortos. Y es otra a tener muy en cuenta, pues puede que decidas atacar y que, llegado el turno de los ataques, el personaje al que ibas a atacar ya no esté allí.
Pero vamos a la experiencia práctica. En este momento, fase alpha, no hay muchos personajes disponibles entre los que escoger, así que de los seis distintos que el juego nos ofrecía seleccionamos a Nix, un asesino alienígena armado con un rifle de francotirador y un dispositivo de camuflaje que le permite desplazarse por el campo de batalla sin ser visto.
Tras un par de partidas PvE (donde pudimos escoger el número de enemigos a los que enfrentarnos) nos hicimos con las mecánicas más básicas y nos lanzamos de lleno a una partida PvP. El resultado fue el de esperar: lamentable. No estuvimos a la altura y enseguida nuestros compañeros comenzaron a increparnos por no saber qué hacer (nuevo juego, viejos jugadores; actitud ya conocida). Supusimos que debíamos flanquear a los enemigos, pero tomamos el camino largo y cuando quisimos darnos cuenta estábamos demasiado lejos del combate. Pero bueno, estamos curados de espanto ante los “sabelotodo” que ya se conocen todas las mecánicas y las habilidades de cada personaje y que asumen que todo el mundo debe saber, como mínimo, tanto como ellos.
Asumimos las críticas y utilizamos los “consejos” en nuestras siguientes partidas, la cuales afrontamos de una manera más agresiva, moviéndonos a las zonas del mapa que nos permitían ser invisibles (sólo revelando nuestra posición al disparar, haciendo que aparezca un indicador en la procedencia del disparo). También empezamos a explorar las distintas habilidades y catalysts ‘catalizadores’. Cada personaje cuenta con determinadas habilidades que pueden modificarse con hasta seis distintas mejoras para adaptar el héroe al estilo de juego de cada uno. Estas modificaciones se desbloquean con tokens, que se adquieren con oro adquirido jugando. Por otro lado, los catalizadores son habilidades rápidas de un solo uso, como por ejemplo teletransportes a corta distancia, curas o una bonificación de daño crítico al próximo ataque. Por ahora no hay muchas opciones, pero imaginamos que la lista crecerá.
Una vez que nos hicimos con toda esta nueva información, la experiencia de juego cambió notablemente. Tras un par de partidas entramos en una dinámica muy positiva, coordinándonos con nuestros compañeros y llevando a cabo acciones impresionantes.
En Atlas Reactor el juego en equipo y la comunicación son esenciales. Uno puede jugar por su cuenta y hacerlo no del todo mal, pero un equipo coordinado siempre marcará la diferencia. Hay muchas habilidades que se combinan con otras, como descubrimos al desbloquear el personaje Gremlins Inc., que puede poner minas por todo el mapa y servirse de la ayuda de sus compañeros para atraer o empujar con sus habilidades a los enemigos a una muerte segura.
La variedad de personajes, pese a contar con un número reducido, está más que bien. Y además todo el mundo, por lo que comprobamos en el chat, tiene su favorito. A la hora de la verdad la composición de un equipo puede determinar que se gane o se pierda, por lo que es importante que haya muchas opciones entre las que escoger.
Atlas Reactor apunta maneras y va en muy buena dirección. Los mapas son, quizá, demasiado iguales (sólo dos disponibles por ahora), pero su aspecto es inmejorable. Confiamos en que el estudio al frente del desarrollo decida aprovecharse de la vena creativa y añadan condiciones especiales o terrenos distintos para que los mapas sean diferentes. El juego tiene potencial más que de sobra para convertirse en un título muy interesante que pueda codearse con los mejores MOBAs.
