Analizamos Warface
6
Valoración
Gráficos:
7/10
Jugabilidad:
6/10
Sonido:
6/10
Fácil de manejar, buenos gráficos gracias al motor CryEngine3 y cierta sensación de inmersión en la batalla.
Repite las características predominantes en este género y no propone nada fresco.
Warface es un juego de acción bélica en primera persona de los que no dejan una huella precisamente imborrable, con entrada preferente al club de los "Otro Más". Creado por Crytek, famoso estudio alemán reconocido por su motor gráfico CryEngine y por la saga Crysis, su salto al mundo de los MMOFPS ha derrumbado el listón y va a necesitar una pértiga mejorada si quiere pasar el corte.
Nos encontramos ante un género que, exceptuando gráficamente, poco ha evolucionado desde que a principios de los 90 id Software lanzara Wolfestein 3D y Doom, pero que curiosamente ha sido el que más adeptos ha reclutado y del que más títulos se han creado, siendo Call of Duty el referente por excelencia y por número de unidades vendidas en la última década.
La versión occidental de Warface cuenta con servidores europeos, norteamericanos y turcos pero sin conflictos entre credos, ya que los combatientes se agrupan en dos equipos: Blackwood y Warface. Se juega a través de un navegador web y solo requiere la instalación del GFACE Experience Plugin, que aunque pequeña, resulta algo tediosa cuando lo único que deseas es disfrutar del olor a napalm sin importar el momento del día que sea.
A nuestra disposición se encuentran cuatro clases de personajes con ventajas y modos de juego totalmente distintos: Rifleman (especializado en media y corta distancia y encargado de reponer munición), Medic (única clase capaz de curar y revivir a aliados caídos en combate), Engineer (repara puntos de armadura y puede plantar minas) y Sniper (letales a larga distancia, cuentan con la mayor capacidad de daño por disparo).
La personalización de la apariencia se reduce a unas pocas cabezas para los personajes masculinos o femeninos y los objetos que vayamos adquiriendo conforme se superen niveles o se compren cosas, por lo que nos encontramos con más de dos y más de tres soldados iguales. La tienda del juego oferta material para marcar diferencias y, como es comprensible, los que se gasten dinero van a ser muchas veces los últimos en reír gracias a equipos que proporcionan mejores estadísticas.
Una vez preparados podemos elegir dos tipos de acción: cooperativa o competitiva. La primera cuenta con siete misiones que no pasarán a la posteridad y donde el trabajo en equipo es imprescindible al haber ciertos elementos como cajas que empujar junto con un compañero o muros que escalar con la ayuda de una mano amiga, y es que hasta cinco jugadores pueden participar en ellas e intentar derrotar a los respectivos jefes finales. Su dificultad va in crescendo y aunque las primeras resultan fáciles, para las últimas se requieren verdadera coordinación y jugadores experimentados. En cuanto al segundo tipo, el PvP (lo que se busca en este tipo de juegos), se divide en cinco modos: Team Deathmatch (duelo a muerte por equipos, seis mapas), Free for All (todos contra todos, cuatro mapas) Storm (conquista de puntos estratégicos por turnos, cuatro mapas) Plant the Bomb (colocar una bomba en la zona enemiga por turnos, tres mapas) y Destruction (captura de puntos estratégicos, un mapa).
Su jugabilidad es sencilla e intuitiva y no difiere de la de este tipo de juegos, por lo que cualquiera que no sea un recién llegado al mundo de los “shooters” va a manejarse con relativa facilidad y únicamente tendrá que realizar un aprendizaje de los mapas para competir con solvencia, aunque deberá practicar el deslizamiento por el suelo mientras dispara, una de las pocas notas originales del título.
Las localizaciones comprenden desde terrosas y secas construcciones de Oriente Medio hasta anárquicas favelas brasileñas, pasando por mapas con edificios del primer mundo o simples conglomerados de contenedores en los que en vez de estibadores encontramos la muerte apenas damos dos pasos. Aunque no son plazas muy originales donde torear, algunas cuentan con ciertos detalles que reflejan un cuidado especial por parte de los diseñadores, y gracias al motor CryEngine 3 lucen adecuadamente.
Sin que hayamos estado en campos de batalla que no sean los de los centros comerciales en las rebajas de enero, el sonido es bueno, con detonaciones realistas y disparos bien definidos. La música general es correcta, sin ningún despliegue instrumental.
El juego, que ha alcanzado un considerable éxito en Rusia y China y ha tenido un lanzamiento occidental turbulento, reta a los jugadores ávidos de cumplir objetivos con múltiples desafíos y la posibilidad de formar clanes para participar en guerras que pueden desembocar en legendarias rivalidades. Además para este año que acaba de comenzar se comercializará una versión en Xbox 360.
Conclusión: Si buscas un MMOFPS militar para jugar con amigos el modo cooperativo puede aportarte algunas horas de diversión, y si te apasiona el PvP en primera persona encontrarás una opción válida en este juego, pero si estás cansado de ver siempre lo mismo Warface no te va a aportar nada nuevo.